La economía digital está transformando el mundo a un ritmo acelerado, y los países en desarrollo no se están quedando atrás. La expansión de la conectividad, el acceso a tecnologías emergentes y una creciente población joven han convertido a estas regiones en terrenos fértiles para la innovación y el crecimiento económico. Desde ESIE, observamos con interés este fenómeno, conscientes de que el liderazgo empresarial del futuro también se construye en estos contextos.
Economías emergentes: conectividad como motor de cambio
Uno de los principales catalizadores del auge digital en los países en desarrollo ha sido la mejora en la infraestructura de telecomunicaciones. En muchos casos, la adopción masiva de tecnología móvil ha permitido a las comunidades acceder a internet sin necesidad de infraestructuras tradicionales, como las redes fijas.
Según datos del Banco Mundial, más del 70% de la población mundial ya tiene acceso a internet móvil, y una gran proporción de ese crecimiento proviene de Asia, África y América Latina. Esta conectividad ha generado un nuevo ecosistema económico donde los emprendedores locales pueden crear soluciones digitales adaptadas a sus realidades.
En este escenario, las plataformas de e-commerce, fintech y educación online se han consolidado como herramientas de inclusión económica. La posibilidad de realizar pagos digitales, capacitarse a distancia o vender productos sin intermediarios está redefiniendo la forma en que se conciben los negocios en estas regiones.
Además, la proliferación de smartphones de bajo costo y la expansión de redes 4G y 5G han hecho posible que incluso las comunidades más alejadas puedan participar en la economía digital. Esto ha abierto puertas a sectores previamente marginados, como agricultores, artesanos o pequeños comerciantes, quienes ahora pueden acceder a nuevos mercados y clientes.
Tecnología y juventud: una combinación disruptiva
La demografía también juega un papel clave. Muchos países en desarrollo cuentan con una población joven, digitalmente nativa, dispuesta a emprender y adaptarse a nuevos modelos de negocio. Este capital humano representa una ventaja competitiva en la carrera hacia la digitalización.
Con el acceso a cursos online, bootcamps tecnológicos y programas de formación especializados, los jóvenes de estas regiones están adquiriendo habilidades clave como programación, análisis de datos e inteligencia artificial. Esta formación, combinada con una mentalidad emprendedora, está impulsando la creación de startups que compiten a nivel global.
Ejemplos como Nigeria, con su ecosistema de fintech en rápida expansión, o Colombia, que ha consolidado hubs tecnológicos como Medellín, demuestran que el talento local está generando valor desde el sur global. Este fenómeno también se ve reflejado en la creciente inversión extranjera directa hacia estos mercados.
En India, por ejemplo, el sector de servicios digitales ha crecido exponencialmente gracias a una juventud preparada y motivada, que encuentra en la tecnología una vía para la movilidad social. De igual forma, en África, el acceso a financiamiento móvil ha revolucionado la inclusión financiera, permitiendo el nacimiento de miles de negocios liderados por jóvenes emprendedores.

La digitalización como estrategia de desarrollo económico
Más allá de las oportunidades individuales, la economía digital está siendo adoptada como una estrategia nacional por muchos gobiernos en desarrollo. La creación de marcos regulatorios favorables, incentivos para startups tecnológicas y alianzas con el sector privado han sido fundamentales para dinamizar este crecimiento.
Programas como «Startup India«, «Plan Ceibal» en Uruguay o «Transforma Chile» buscan fomentar la inclusión digital y preparar a las economías para los retos del siglo XXI. En todos los casos, la educación y la capacitación en habilidades digitales son pilares centrales de estas iniciativas.
Además, la digitalización ha demostrado ser una vía para mejorar la eficiencia del sector público, facilitar la transparencia y ampliar el acceso a servicios esenciales como salud, educación y justicia. Esto genera un impacto directo en el bienestar de las poblaciones y en la competitividad general del país.
No es casualidad que organismos internacionales como la ONU o el Banco Interamericano de Desarrollo estén apoyando activamente proyectos de transformación digital en países emergentes. Se ha comprobado que una economía digital sólida impulsa el crecimiento del PIB, reduce la pobreza y fortalece la resiliencia ante crisis económicas o sanitarias.
Desafíos estructurales y brechas por superar
A pesar del crecimiento acelerado, los países en desarrollo aún enfrentan importantes desafíos para consolidar una economía digital inclusiva y sostenible. Entre ellos se destacan:
- La brecha de acceso: aunque la conectividad ha mejorado, aún existen zonas rurales sin acceso a internet o con servicios de baja calidad.
- Educación desigual: muchas poblaciones no tienen las competencias digitales necesarias para aprovechar estas nuevas oportunidades.
- Infraestructura deficiente: el suministro eléctrico, los dispositivos tecnológicos y la logística aún presentan limitaciones.
Superar estos retos requiere inversión sostenida, alianzas público-privadas y una visión a largo plazo que priorice la inclusión digital como eje del desarrollo económico y social. También es crucial integrar enfoques de género y sostenibilidad, garantizando que la transformación digital beneficie a todos por igual.
A ello se suma la necesidad de crear marcos legales sólidos para la protección de datos, la ciberseguridad y la regulación de plataformas digitales, elementos clave para generar confianza en el ecosistema digital.
Una oportunidad para el liderazgo global
En ESIE creemos que los países en desarrollo tienen ante sí una oportunidad histórica para liderar el cambio. Su capacidad para adaptarse rápidamente, su talento humano y el potencial de sus mercados los convierten en actores clave de la economía digital global.
Las futuras generaciones de líderes empresariales surgirán de este contexto. Por ello, formar profesionales capaces de tomar decisiones en entornos digitales, comprender las tendencias tecnológicas y liderar con visión global es una prioridad.
Desde nuestra escuela, apostamos por una formación flexible, tecnológica y orientada a resultados. Con metodologías como el Método del Caso, el uso de simuladores empresariales y el acompañamiento de mentores expertos, preparamos a los estudiantes para transformar realidades complejas desde la acción estratégica.
La economía digital no es solo una tendencia; es el nuevo lenguaje del desarrollo. Y en ESIE, enseñamos a hablarlo con fluidez, visión crítica y vocación transformadora.
Conclusión
El auge de la economía digital en los países en desarrollo es un fenómeno imparable que está redefiniendo las reglas del juego global. Las barreras tradicionales se disuelven frente a un nuevo paradigma donde el talento, la conectividad y la innovación son los verdaderos activos. Para los profesionales y líderes del futuro, entender esta transformación no es una opción, sino una necesidad. Para seguir aprendiendo del tema, te recomendamos el Informe sobre la economía digital 2024.
En ESIE, estamos comprometidos con formar a quienes quieran ser protagonistas de este nuevo escenario económico, impulsando el cambio desde el conocimiento, la acción y la consistencia. Porque en un mundo cada vez más digital, el liderazgo comienza con una visión. Y esa visión se entrena, se aprende y se construye con propósito. Consulta nuestro MBA y prepárate para formar parte de la siguiente promoción de líderes.

